¿Cuentan las palabras?
En el espacio de noticias de Ké Huelga, bajo el encabezado "Para salvar el momento presente", aparece un texto de John Berger. Una nota al final de la publicación, aclara:
[...] escrito como saludo a la celebración de la Primera Audiencia General Introductoria del Tribunal Permanente de los Pueblos en Ciudad Juárez, Chihuahua, entre el 27 y el 29 de mayo. Es un fragmento de Bento’s Sketchbook, Pantheon Books, 2012, su libro más reciente.
Copio una parte central del mensaje:
[...] Entonces nos preguntamos: ¿cuentan las palabras?, y alguna vez puede regresarnos una respuesta como ésta: las palabras aquí son como las piedras que les ponen a los prisioneros amarrados antes de ser arrojados a un río.
Analicémoslo: toda profunda manifestación política es un llamado a una justicia ausente, y la acompaña una esperanza de que en el futuro tal justicia quede establecida. Sin embargo, la esperanza no es la razón primera de que se efectúe la manifestación. La gente protesta porque no hacerlo es demasiado humillante, demasiado aplastante, demasiado letal. La gente protesta (monta una barricada, toma las armas, se va a la huelga de hambre, se toma de las manos para gritar o escribe) con el fin de salvar el momento presente, sin importar lo que traiga el futuro.
Protestar es negarnos a ser reducidos a cero y a que se nos imponga el silencio. Por tanto, en cada momento que alguien hace una protesta, por hacerla, se logra una pequeña victoria. El momento, aunque transcurra como cualquier otro momento, adquiere un cierto carácter indeleble. Se va y sin embargo dejó impresa su huella. Lo principal de una protesta no es que sea un sacrificio efectuado en pos de un futuro alternativo más justo. Lo principal es una redención del presente -algo que parecería no tener consecuencias, es decir, una acción que parece inconsecuente [sin lógica, desconectada del futuro, irrelevante]. El problema es cómo vivir una y otra vez con la supuesta ausencia de consecuencias, con lo inconsecuente.
ESTE era el vínculo para leer el texto completo; desafortunadamente, ya no hay acceso a la página.
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