Lo que pasó en la noche

Tuvo esa inquietud nocturna de anular a golpes el deseo de matar que le recorría el abdomen. Se escondió mal, pero pasó la noche y amaneció con esa sonrisa interior con la que lo peor de ella se burlaba de sí misma. 

Bebió jugo del envase. Las letras redondas de la marca le recordaron la ilusión, sentida hacía muy poco, de ir por ahí siendo ella misma. Ahora nada más podía querer quitarse el miedo; y pensar en querer quitarlo, enfadaba al miedo. Volvió a la cama. 

Había ocupado buena parte de la noche, matando a golpes el deseo de anular al mundo. Ahora estaba exhausta, y veía en los ruidos de los vecinos, que el mundo seguía tan presente y encima como siempre. La cama deshecha no ayudó: tenía los restos de la noche por todos lados, le producía basca. 

Nada ayudó, excepto que de verdad estaba exhausta, y si no podía quedarse dormida, tampoco podía otra cosa.


Licencia Creative Commons  Por Silvia Parque; licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.5 México.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por comentar!