Los convertimos en polvo con el que me tatuabas las ganas de ser tú en el nosotros grito imposible. Fueron espejo, dulce, bastón, y estuvo bien -nadie fue obligado a dar un paso ni a doblar las manos-. Si hay deuda, pago por los dos.
Por Silvia Parque; licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.5 México.
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