"Los humildes pastores se encaminan a Belén: que la estrella los guíe. ¿No es hermosa nuestra historia? Y sin embargo, nada es perfecto... donde menos se lo esperan, el mal acecha. Los pastores acuden confiados al portal... inocentes... no saben lo que les espera en el camino. En algún lugar sombrío esperan los malandrines, los engendros de Luzbel, los servidores del mal. ¡Ah! Esos monstruos fementidos, terror de las buenas gentes... Ellos con sus malas artes, tratarán de desviar a los pastores. ¡Ah! Cómo despiertan mi ira...
Público amable y sonriente, recemos una oración y pidamos por los pastores... En el nombre del Padre..."
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