- ¿Cómo sabes que no es bueno que vaya? No puedes saberlo.
- No. Pero creo que no es bueno, y tengo que hacer lo que creo.
- Vas a arruinarme la vida porque "crees" algo de lo que no estás segura.
- No te estoy arruinando la vida, no seas dramática.
- No sabes si es mi única oportunidad para ser feliz y la vas a echar a perder.
- Pues no puedo estar segura, Belén, pero de verdad creo que no debes ir; si te arruino la vida, va a ser sin querer.
- O sea que sabes que sí puedes arruinarme la vida y no te importa.
- No creo que te esté arruinando la vida, y sí me importa, por eso no vas a ir.
- ¡No te voy a perdonar nunca!
- Yo creo que sí, pero es lo que menos me preocupa.
- Claro que no te preocupa, porque no te importa nada lo que yo piense.
- Como quieras pensar, no creo que pueda convencerte de otra cosa.
- ¿Ya ves que no te importa lo que yo piense? A ti es la que no se le puede convencer de nada porque no entiendes, por eso no das razones, piensas con el trasero de vaca que tienes.
Por Silvia Parque; licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.5 México.
Plop!
ResponderEliminarNo sé si echarme a llorar o a reir!
Por cierto, cualquier parecido con la vida real es pura coincidencia...
Besos!
Pura coincidencia :) ¡Besos, Taty!
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