Una pared invisible
me separa de quien fui.
Tiene que haber por ahí
una puerta. Lo imposible,
posible. La arquitectura
de la realidad viciada
abierta a una bocanada
de aire, misterios y pura.
Las primeras dos estrofas de "Una pared invisible", poema de Orlando González Esteva, publicado en el número 241 de la revista Vuelta (diciembre de 1996).
Gracias por estas palabras, hermosas y contundentes.
ResponderEliminarBesos, feliz semana.
Es bien bonito compartir por aquí; compartir en lo que se refiere a publicar algo que me parece bueno, pero sobre todo, compartir la experiencia, quedarme ahora con que esytas palabras son "contundentes" -completamente de acuerdo-, vincularme por la lectura :)
Eliminar¡Besos, Taty! Feliz semana.