Los mineros cavan
Los mineros cavan
En el ruido más inmenso,
En el peligro, en la obscura calma.
Los mineros buscan,
Los mineros no renuncian, no desertan
Cambian, emigran, pero no claudican.
Su dios les dice que encontrarán
Un paraíso perdido con valles de metal
Quieren encontrar, pero les gusta buscar.
Los mineros navegan
Por un piélago de rocas
Los mineros son maniáticos
Cavan, cavan, cavan
Entendiéndose con la muerte a cada paso,
Sudando, sudando, sudando.
En la fría oficina, el territorio más ignoto
Cavan y buscan, ellos saben cómo.
Solo hacia el cielo, solo hacia el infierno
Los mineros buscan
Y cuando encuentran, buscan y cavan
Porque saben que han de encontrar
Ese metal que a los suyos cebará.
Claro… El mal de piedra es su enfermedad
La heredaron de su padre, y el que viene la sufrirá.
Tal vez un pupitre, cambie la suerte de un minero
Y mude de la familia el sustento
Pero siempre cavará, buscará… encontrará
Los mineros encuentran
En tierra firme, mares tempestuosos
Ríos asfixiantes, vapores tortuosos
Con el miedo de un torero ven a la muerte.
Como otro, a la mujer con la que duerme
Y así a ella le hablan y la acarician
Heredan a su progenie la valentía
De vivir su tarde a tarde, su día a día
Cavando, buscando
Los mineros nunca siembran
Arrancan su riqueza a las piedras
Las esclavizan, las amanceban... Las seducen
Y no les importa lo que cueste
No se resignan. Encontrar es su paga
No cantan a ese amor, no le cantan a nada
Y cavan y buscan con porfía
Porque saben inútilmente
Que en eso les va la vida
El viejo De la O
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