Al Sr. Skinner.
Escribieron "Federico el tenebroso", en la puerta de su casa (pero nadie liberó o alimentó al pato atado).
Le dijeron que no insistiera con el pato-gaviota; pero él había aprendido muy bien que insistir tiene su recompensa. Tenía una foto de Lorenz y sus patos, en la pared del cuarto de operaciones. Tenía libros escritos por él mismo. No necesitaba permiso o aliento de la gente, ni le afectaba su incredulidad.
El pato mascota crecía fuerte y medio escandaloso. Tardó en nombrarlo, pero finalmente le puso "el pato".
Por Silvia Parque; licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.5 México.
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