Voy a bajar al cuarto donde hablas con tus amigas. Voy a sentarme en el banco donde te sientas, y voy a bendecirlas una por una, imaginando sus dedos tecleando tu nombre en diminutivo, o apenas tocando la mesa donde hubo café.
Me quedo después solo un momento, para recordar ahí cuando dijiste -casi acabados de conocer- que eras amigo mío.
Por Silvia Parque; licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.5 México.
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