Te extraño a veces, Principito; como después de oírte... O más bien, a lo que hacías para mí.
Cuánto bien creaste en un par de noches, dos mañanas. Qué difícil no decir: "amor, ven a que te abrace".
Cuánto me derrite no decir.
---
Nada: llama cuando quieras.
Ojalá tomaras tu imagen brillante de mi mirada.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por comentar!