Me gusta notar cómo el recuerdo -tan sin expectativa- provoca el mismo efecto de este sol inclemente: un sol que fue primero con él, allá lejos (así quedo atrás, como la cabeza dirigida por un jalón de cabello o la historia de vida en el cuerpo inmovilizado).
Mi cabello crece. Propongo a alguien confiable tener sexo. Abro un archivo para trabajar. Reproduzco en mi memoria las palabras exactas del mensaje: "¿Ah, sí?", comienza.
Por: Silvia Parque
Muy bueno, lindo blog, besos desde planetasdecristal.blogspot.com.
ResponderEliminarGracias, Paula. Saludos.
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