Eleuteria vive con un brujo que no sabe matemáticas: si
ordena un par de panes con mantequilla, puede que quiera tres.
Es un mal tipo. Un día muy nublado, se enojó y la convirtió
en piedra; así la dejó como dos años, toda quieta (cuando regresó a la vida
humana estaba muy entumida).
La casa está debajo de una plaza, junto a un estacionamiento
subterráneo. El brujo sale por un pasillo que conduce a una puerta secreta en el
baño para empleados del estacionamiento.
Eleuteria siempre está en casa; últimamente, restaurando los
manuscritos de las pócimas, que están muy estropeados.
A veces, hablan entre ellos.
Silvia Parque
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