Quiero besarte, como quería cuando dijiste "no", y con la punta de tu índice deteniendo mi cabeza, pusiste a mis quince años a rondar tu voz. Ya sabías que ibas a darme más que un montón de exceso.
Calculo si estará mal o pero, acercarme a dejar un beso en tu espalda o en tu brazo; uno que no haga presión, que no humedezca, que apenas llegue a las fibras de la tela de tu camisa.
Por Silvia Parque; licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.5 México.
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