No acabé de creer en tu existencia, hasta que otros te nombraron. Temía deshacerte con un pensamiento brusco. Pero te amaba antes de que llegaras.
Podría decir, y sería verdad aunque no haya sido así, que pedí a Dios que fueras precisamente tú: exactamente tú: la que llevo dentro.
Por Silvia Parque; licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.5 México.
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