Ni un pan bien hecho con cubierta de dulce, ni la lluvia sobre tierra oscura, ni una superficie limpia a contraluz, podrían dar el gusto que da verte.
Por Silvia Parque; licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.5 México
Lágrimas de otras
Hay lágrimas que no salen de los ojos. Una quisiera atraparlas y devolverlas al seno, pero se evaporan, se pierden...
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Historia de amor en tres canciones
I. Soñando
Ella.- "Yo no quiero un amor civilizado, con recibos y escena del sofá [...]"
Él.- "Yo no quiero juntar para mañana. No me pidas llegar a fin de mes".
II. Extraviando
Él.- "De sobra sabes que eres la primera, que no miento si juro que daría por ti la vida entera. Y sin embargo, un rato cada día, ya ves, te engañaría con cualquiera, te cambiaría por cualquiera".
III. Y despertar...
Él.- "Hace demasiados meses que mis payasadas no provocan tus ganas de reír. No es que ya no me intereses, pero el tiempo de los besos y el sudor es la hora de dormir".
Ella.- "Duele verte removiendo la cajita de cenizas que el placer, tras de sí dejó".
Ella.- "Yo no quiero un amor civilizado, con recibos y escena del sofá [...]"
Él.- "Yo no quiero juntar para mañana. No me pidas llegar a fin de mes".
"Lo que yo quiero, corazón cobarde, es que mueras por mí. Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres; porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren".
II. Extraviando
Él.- "De sobra sabes que eres la primera, que no miento si juro que daría por ti la vida entera. Y sin embargo, un rato cada día, ya ves, te engañaría con cualquiera, te cambiaría por cualquiera".
"Y cuando vuelves hay fiesta en la cocina, y bailes sin orquesta y ramos de rosas con espinas. Pero dos no es igual que uno más uno, y el lunes al café del desayuno, vuelve la guerra fría [...]"
III. Y despertar...
Él.- "Hace demasiados meses que mis payasadas no provocan tus ganas de reír. No es que ya no me intereses, pero el tiempo de los besos y el sudor es la hora de dormir".
Ella.- "Duele verte removiendo la cajita de cenizas que el placer, tras de sí dejó".
"Un dios triste y envidioso nos castigó por trepar juntos al árbol y atracarnos con la flor de la pasión, por probar aquel sabor".
Para que sea suficiente
Un día, cuando ya has pasado las noches más tristes del mundo, las tardes más tristes del mundo y largas mañanas vacías hasta el mediodía, tienes suficiente. Pero deben ser de verdad "las más tristes del mundo", y el vacío tiene que estar tan hueco que llame más tristeza; si no, resistes y se cuela el escalofrío y la lagrimita, y al rato estás de nuevo, frustrada, con la ilusión prendida de su único pedacito en buen estado, a punto de no sabes qué, que no está bien; abres la ventana y ahí vienen: más de esas noches y tardes tan tristes, más de esas mañanas...
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