Aunque amo leer, no soy de comprar libros. Primero, porque los libros suelen llegar a mí vía el papá de mi hija. Luego, porque cuando perdí cientos de libros quedé con una especie de trauma que apenas supero. Además, porque a fuerza de leer en la pantalla para las cosas del trabajo, me acostumbré a eso y se pueden conseguir muchos libros gratis, en PDF. Pero este libro quería comprarlo con muchas ganas y fue uno de los regalos que me hice en navidad. Lo leí en un rato. No fue un "ratito" porque me detuve a llorar en la página 16.
Pero no es un libro para llorar: para nada -yo porque tengo
mis cosas-. Es un libro ligero en el sentido de "buena onda", tanto por la sencillez con la que está escrito como por el tono de su contenido. Creo que se nota mucho que su autor tenía trece años, por la frescura, la... "buena onda" de un jovencito.
Naoki Higashida es un joven autista que pasó de estar casi incomunicado a llevar su mensaje al mundo entero a través de sus letras; un mensaje clarificador. Habla de su experiencia, así que no es que descubra "la verdad última" sobre el autismo ni que por leerle se conozca todo lo que viven o piensan todas las personas con autismo; pero precisamente porque habla de su experiencia es especialmente enriquecedor.
Si quieres conocer del tema, sin duda necesitas conocer lo que las y los autistas están comunicando. Qué bueno si lees a profesionales, pero lo más importante sobre el autismo lo van a decir las y los autistas. Si eres el papá o mamá de una persona autista, sobre todo si es no hablante o mínimamente hablante, consigue el libro ya mismo.
El mío fue despastado desde antes de que empezara a leerlo... Pero no podría quedarme más claro que hay una razón por la que mi hija quita las pastas.